lunes, 11 de mayo de 2009

La revolucion digital desafia a Gutemberg

Primero fue la música, luego el cine y ahora le llega el turno a la literatura. ¿Qué será de ella cuando finalmente arribe el i-Pod de los libros? Ni los especialistas se aclaran, pero lo cierto es que la red y los nuevos soportes digitales ya están haciendo temblar a la Bastilla de la letra impresa.
Los papiros reinaron durante 12 siglos, muchos más de los que lleva el papel y muchísimos más que la imprenta moderna. Pero en la actualidad el único rastro que queda de ellos son las páginas web que imitan su rudimentario mecanismo. Se leen de arriba a abajo y se desenrollan con el ratón. La casi perfecta tecnología del libro -a excepción del impacto medioambiental del uso masivo del papel y sus dificultades de almacenamiento- parece hoy imbatible, pero ¿qué sucederá cuando los dispositivos e-Books consigan emular todas sus prestaciones?
Tras la conquista de la música y el cine, la revolución digital se dispone a tomar por asalto la Bastilla de la letra impresa. A pesar del escaso éxito de los actuales libros electrónicos como Kindle (Amazon) o Reader (Sony) los nuevos soportes digitales no se detienen y el avance de Internet está resquebrajando los cimientos de la edición en papel. Bibliotecas virtuales, blogs, redes sociales y buscadores, con su circulación fluida de textos, no sólo alteran la noción misma de autoría -con las implicaciones legales que trae aparejada-, sino que modifican radicalmente nuestra forma de leer y escribir. El futuro del libro es un interrogante incluso para aquellos que asisten en primera línea a esta transformación.


«Cuando las editoriales ganen más dinero en la impresión electrónica que el la tradicional, como ya está empezando a suceder, el papel será una rémora o un capricho» vaticina Dídac Martínez, director del Servei de Bibliotecas i Docuemtació de la UPC.
Martínez es uno de los 16 especialistas, entre editores, sociólogos, escritores y expertos en el universo digital que participarán la semana próxima del debate Gutenberg tras la red, organizado por la Fnac Triangle. Su posición dista mucho de la de un editor independiente como Luis Solano. «En el ámbito literario el libro seguirá siendo analógico» dice el director de Libros del Asteroide. Aunque reconoce «las funcionalidades interesantísimas» del libro electrónico en el ámbito «profesional» Solano las considera «prácticamente superfluas para el lector de ocio y entretenimiento».En esa línea se apunta el editor de Impedimenta, Enrique Redel.


Para que un nuevo gadget «pueda convivir con el libro tradicional entre los lectores no profesionales», dice Redel, «es obligatorio que ofrezca algo más y que sea atractivo». Cosa que de momento no sucede.

«El libro corre el peligro de quedar como soporte preferido de los no lectores» opina Marius Serra, con sólo echar un vistazo a las listas de más vendidos. Pero en todo caso, «convivirá con textos distribuidos por otros canales» profetiza el autor de Verbàlia. Y también por la convivencia entre los dos formatos apuesta Santos Palazzi, responsable de Mass Market de Planeta.«El e-Book bajará de precio hasta situarse en la línea del mp3 y las ediciones digitales podrán descargarse como hoy hacemos con las canciones y las películas» aventura Palazzi.

En todo caso, «las funciones de los editores serán las mismas», asegura el Directivo, «seleccionar, corregir, editar y promocionar los títulos» destinados a la publicación digital.
En lo que todos coinciden es el rechazo al actual canon digital. «Este modelo de propiedad intelectual se ha quedado obsoleto ante el proceso de digitalización de la cultura», arremete el investigador Juan Freire. «¿Qué sentido tiene hablar de propiedad intelectual en un medio virtualizado que requiere una autoría líquida?», se pregunta el blogger Pablo Muñoz, autor del sitio El rincón de Alvy Singer, quien se ha convertido en toda una autoridad en la materia con apenas 19 años. En esa línea también encontramos a Pablo Odell, editor digital del portal Tökland.«La legislación vigente es predigital y no tiene en cuenta la naturaleza fluida, replicante y transfronteriza», señala, de la propiedad intelectual en el nuevo medio.
Lo cierto es que hasta la lectura y la escritura se ven alteradas en la era virtual. La primera «es ya hipertextual y multimedia», resume Didac Martínez, porque el autor recurre no sólo a otros textos, sino a imágenes y sonido. Y la lectura, además de «interactiva», se vuelve «fragmentada en átomos de información». ¿Supone esto una nueva forma narrativa? Nadie lo sabe, ni siquiera cómo serán los libros en 2018.


Cuatro días para el debate

Cultura digital y sociedad. El impacto social de los nuevos soportes y el acceso libre al conocimiento a través de la red centra la discusión de la primera mesa redonda del día 21 de enero, en la que participan Juan Freire, Luis Collado y Chema García.
Los editores frente a la 'web'. Los retos que supone al sector editorial la digitalización masiva de obras y contenidos es el eje de la mesa del martes 23, a la que asisten los editores Pablo Odell, Luis Solano, Enrique Redel, Santos Palazzi y Javier Celaya.
El futuro del libro. Del difícil ejercicio de augurar el futuro del libro y la lectura en la era virtual -del próximo día 23- participan el sociólogo Joaquín Rodríguez, Didac Martínez, Marius Serra y el editor José Pons.
Transformación de los media. El fin de la verticalidad de los medios tradicionales, tras la eclosión de los 'metamedia' es el tema del miércoles 23, sobre el que debaten Juan Varela, Pablo Muñoz, Gumersindo Lafuente y Rafael Tapounet.

Matías Nespolo. La revolucion digital desafia a Gutemberg. [En línea] Fecha de publicación: 18/01/08
http://www.elmundo.es/papel/2008/01/18/catalunya/2308073.html
[Fecha de consulta: 11/05/09]

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